Gabriel Ferreyra no es el primero que cae al agua desde la cubierta del fresquero de altura. En marzo de 2020 había caído el maquinista Matías Luri. Luego de más de tres años, la aseguradora no reconoce el siniestro y no pagó la indemnización. Causa civil a la espera de apertura de pruebas.
Nicolás Schick, abogado de la familia de Luri.
Por Roberto Garrone
Gabriel Ferreyra no fue el primer tripulante del “Nuevo Viento” que cayó al agua mientras el buque se encontraba en navegación. La historia de Matías Luri encierra elementos muy parecidos a los del marinero oriundo de Necochea.
El 7 de marzo de 2020 Luri se encontraba trabajando a bordo del “Nuevo Viento”, propiedad de la armadora “Nuevo Viento SRL”, de Roberto Ciccolella. Según consta en la causa “Sabella Silvia Raquel y otro c/”Nuevo Viento SRL S/Accidente de Trabajo”, que se tramita en el Juzgado Federal 4 de Mar del Plata, el hecho ocurrió a 47 millas náuticas del puerto de Quequén.
La reconstrucción del hecho en base a testimonios de testigos, da cuenta de que a eso de las 9 de la noche, en momentos en que Luri se encontraba en la cubierta del buque y se disponía a dirigirse al comedor tras el llamado para la cena, cayó accidentalmente al agua.
Al notar la ausencia de su compañero a bordo del buque, alrededor de las 9:20 pm, los restantes tripulantes dieron aviso al capitán, quien retrocedió sobre el curso del buque y comenzó la búsqueda por radar y GPS, sin resultados positivos.
Tras dar aviso a las autoridades, se montó un operativo de búsqueda y rescate: personal especializado de la Prefectura se dirigió a la zona de emergencia, y se inició una búsqueda aérea, solicitando también colaboración a los pesqueros que navegaban por el área.
El operativo de búsqueda prosiguió activo hasta el 6 de agosto cuando fue finalizado por parte de la Prefectura Mar del Plata una vez considerada la probabilidad de supervivencia, habiéndose cubierto en su totalidad las áreas de búsqueda e investigadas todas las ubicaciones razonables y probables.
Nicolás Schick es el abogado patrocinante de la familia del maquinista, que al momento del hecho tenía 37 años de edad y litiga contra la empresa armadora, quien resulta responsable del siniestro marítimo.
«Se trata de una dramática desaparición accidental en altamar. Luri perdió su vida por el hecho y en ocasión de trabajo. Se embarcó en perfectas condiciones de salud y falleció en altamar a las órdenes de su empleador responsable”, aseguró el letrado ante la consulta de este medio.
Los familiares de Luri todavía no pudieron cobrar la indemnización tras su fallecimiento. Galeno, la aseguradora de riesgo de trabajo contratada por la firma armadora, no abonó hasta ahora ni ha puesto a disposición de las víctimas la indemnización derivadas de la ART. “La aseguradora negó la existencia del siniestro a pesar de haber recibido la denuncia de su empleador”, reveló el abogado patrocinante.
Desde la empresa armadora, Roberto Ciccolella confirmó tal situación y responsabilizó al juzgado que entiende en la causa. “No pagará hasta que no emitan el certificado de presunción de fallecimiento”, dijo el empresario ante la consulta de este medio.
Sobre si la empresa había entregado una compensación hasta tanto cobren la indemnización, el empresario aseguró que “se negaron a recibir cualquier tipo de ayuda; pusieron un abogado y fueron a la justicia. Ahora deben esperar”, consideró.
La acción civil contra la empresa y aseguradora se encuentra tramitando en el Juzgado Federal 4 de Mar del Plata, a la espera de que se dicte el auto de apertura a prueba. Schick insistió en calificar al hecho como un accidente de trabajo.
Para el abogado el siniestro sucedió por “las deficientes medidas de seguridad a bordo del buque”, afirmó, en tanto reveló que Luri cobraba la mitad de su sueldo “en negro“ y ello se encuentra probado en la causa por reconocimiento expreso del personal de Nuevo Viento, lo cual también resulta un grave perjuicio para los familiares ya que ese pago salarial clandestino supone una drástica reducción en la reparación a cargo de la ART y la empresa».
“Pepe” Ferreyra también cayó al agua del “Nuevo Viento” y hoy sus familiares transitan horas de angustia, desesperación y dolor. Sepan también Susana, su mamá, Cintya, su hermana, Lucas, su cuñado, y demás familiares cercanos que por estas horas están en Madryn, que lo que les espera en unos meses es sumar a ese dolor la indignación por la demora en los tiempos de la justicia para reparar, al menos económicamente, el accidente que sufrió el marinero.